miércoles, 11 de agosto de 2010

Ante un nuevo acecho...recordemos

A mí me gusta recordar, siempre he sentido que Puerto Rico le hace falta un viejito decimero que repite de esquina en esquina las noticias de hace un mes, un año y en algunos casos hasta las de ayer mismo pasaron. Bueno, la opción de los Gasoductos no es noticia nueva, pero creo que la desinformación me movió a escribir un poquito de eso…



Con una suma de $350 millones, aprueba Acevedo Vilá el proyecto del Gasoducto del Sur. La propuesta creada por la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) instalaría una tubería de 20 centímetros de diámetro que cubriría unas 62 millas de distancia por el ala sur del país, específicamente pasando por los municipios de: Peñuelas, Ponce, Juana Díaz, Santa Isabel y Salinas. Dicha medida contrarrestaba los esfuerzos ambientales que había logrado el Gobernador protegiendo el Corredor Ecológico del Noroeste (CEN), pero al estar en sus últimos meses de gobernación la medida del Gasoducto quedó merodeando en el limbo del paso de batuta.
En ese entonces el recién electo gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño Burset, se pasaba los días yendo de pueblo en pueblo a las diferentes inauguraciones de los alcaldes y fue justo en la inauguración de la alcaldesa de Ponce, María “Mayita” Meléndez, que aseguró al pueblo que ese gasoducto eran planes de la pasada administración popular: “Ya yo di instrucciones de que eso no se siga adelante…nos tenemos que mover a energía renovable. Sinceramente el futuro es energía renovable, no son los combustibles fósiles”.

Comenzar con el pie derecho lo queremos todo, ¿no?

Aunque el proyecto buscaba moverse a un plan de energía alternativa que redujera hasta un 10% la dependencia en el petróleo; su costo de inversión millonario sólo rebajaba unos $3 dólares a la factura de los consumidores y sin mencionar que los precios del gas natural suben siempre a la par con los del barril de petróleo. Asimismo debemos recordar los conocidos problemas de falta de mantenimiento que rodean las locaciones de la AEE, cosa que mantenía preocupados a los ciudadanos de los municipios por el cual pasaría el tubo.

Campamentos


La respuesta ciudadana no se hizo al hacerse público los planos trazados por la AEE los cuales mostraban el paso del Gasoducto a muy pocas millas de distancia de las viviendas de cientos de residentes. Si bien el proyecto había sido “congelado” por el nuevo Gobernador en la ya mencionada inauguración de la alcaldesa de Ponce, los planes de la Autoridad de Energía Eléctrica seguían en pie.
Fue el barrio Tallaboa Encarnación de Peñuelas unos de los primeros en denunciar la continuación ilegal del varado proyecto por parte de la compañía sueca de construcción Skanska. La comunidad rápidamente logró movilizar el “Campamento Encarnación” el cual luchó directamente con la falta de diálogo por parte del proyecto con la comunidad. Entre las acciones que tomó el Campamento de Peñuelas se destacaron piquetes a la alcaldía, inspecciones nocturnas al lugar de construcción y manifestaciones pacíficas de detención de trabajos lo cual lograron trepándose a las maquinarias de la empresa Skanska. Uno de los sucesos más tristes de esta lucha lo fue cuando el 25 de noviembre de 2008 en el Campamento Villa Encarnación de Peñuelas la policía estatal desalojó a manifestantes que en su mayoría eran féminas, de los predios de construcción por los cuales protestaban ante la indiferencia del Gobierno en atender su clamor. (Vea foto-reportaje: http://pr.indymedia.org/news/2009/11/40295.php)
Por otra parte, la Comunidad Villa Esperanza en Salinas presentó problemas similares al esta no ser reconocida por los mapas de la Junta de Planificación del Gasoducto del Sur. Dicha comunidad se crea con el rescate de terrenos iniciados en el 2003 y que para el 2008 ya cobijaba a docenas de familias enteras. Al momento que llegó el proyecto, la comunidad se encontraba en el proceso de conseguir que se le proveyera agua, luz y un sistema de alcantarillado al sector por lo que se mantuvo un Campamento activo de lucha en contra de la descabellada idea de pasar un Gasoducto por un lugar que ni mantenía energía por petróleo.
Estos dos campamentos son sólo dos ejemplos de lo que se llegó a conocer como el Frente Amplio Contra el Gasoducto el cual reunía diferentes sectores de los municipios afectados por la vía del Gasoducto del Sur.

Tragedia de Ghislenghien

Pese a que son muchos los desastres adjudicados a los gasoductos alrededor del mundo entre los más recordados se encuentra la Tragedia de Ghislenghien ocurrida en Bélgica el 30 de julio de 2004. Donde un escape de gas culminó con la muerte de 24 personas y unos 150 heridos en el pequeño pueblo al sur de Bélgica. Estudios recientes apuntan que el escape de gas fue causado por daños a la infraestructura del tubo por este estar instalado demasiado cerca de carreteras comerciales. La Tragedia de Ghislenghien ha sido señalada como la mayor tragedia industrial de dicho país.

Logro para el Sur


Luego de la fuerte presión llevada dentro y fuera de los tribunales por el Frente Amplio Contra el Gasoducto en conjunto con diversos grupos ambientalistas y comunitarios por más de un año, el Gobernador Luis Fortuño desistió de la idea de construir un Gasoducto por el Sur.

¿... y ahora qué?


El 10 de agosto de 2010, Luis Fortuño anunció al país su nuevo gran proyecto: el Gasoducto del Norte, el cual con una extensión de 91 millas atravesaría a la Isla desde Guayanilla hasta Arecibo para después bordear la zona metropolitana de San Juan. Este proyecto en conjunto con la Autoridad de Energía Eléctrica se construiría mediante una Alianza Público-Privada (APP) a un costo aproximado de $300 millones. La APP sería entre la AEE y la compañía privada EcoEléctrica ubicada en Peñuelas. El proyecto ha sido nombrado Vía Verde y se piensa iniciar a finales del 2011.
Al cuestionársele las grandes similitudes con el fracasado Gasoducto del Sur, el secretario de Transportación y Obras Públicas, Rubén Hernández Gregorat corrigió repetidas veces a los periodistas que cubrían la rueda de prensa: “Primero aclarar: No es un gasoducto, es vía verde. Es totalmente diferente. El gasoducto, todos recordamos, es un proyecto que iba por los patios de las casas. Era en ese sentido totalmente insensible con la comunidad. Este proyecto vía verde es un sistema de transmisión de gas natural muy seguro” (Primera Hora-11 agosto).
Las expresiones de Hernández Gregorat me hicieron recordar lo que en su momento llegó a decir el aquel entonces presidente de la Autoridad de Energía Eléctrica, Jorge Rodríguez, al hablar acerca del Gasoducto del Sur: “el problema de los opositores al proyecto es la falta de información y que no están educados”.
Luego de haber hecho la tarea que nos dejó el Sr. Rodríguez y nos corrige hoy Hernández Gregorat, entonces ¿no es el Gasoducto del Norte, perdónenme, Vía Verde la misma cosa?
Entre las rutas por las cuales correría el Gasoducto del Norte se encuentran las carreteras PR-10 y la PR-22, mejor conocida como, autopista De Diego. Recordemos que fue este mismo problema lo que desató la catástrofe de Bélgica, los tubos gasoductales se deterioraron por el constante movimiento del terreno.
Por último, hay que señalar que aunque el proyecto está en sus meros inicios esto no parado al pueblo. El mismo día que fue anunciado el proyecto a la Prensa ya en Yauco se movilizaba una protesta con la consigna “¡No! A la Vía de la Muerte” dirigida a la figura del Gobernador el cual inauguraba la repavimentación de una las vías que pasaría el Gasoducto del Norte, la concurrida Autopista de Diego.
Se avecinan unos meses de muchas noticias en movilización por el Gasoducto del Norte, por mi parte ya me eduqué del tema como me pidió el Sr. Rodríguez y ahora le corrijo al Secretario de Transportación y Obras Públicas: ese tubo por el Norte o por el Sur comprende más problemas que cualquier ahorro que podría tener el Gobierno de Puerto Rico. Peca la Administración de insensatez al llamarle Vía Verde cuando proyectos de menor inversión y envergadura como los paneles solares (energía fotovoltaica) podrían generar energía suficiente para reducir en un 8% la producción de energía durante las horas pico sin poner en peligro la salud o seguridad de nadie.